"Si es que quién me manda a mí, tendría que haber dicho que sí a la editorial que me regalaba más cosas..."
Cada año los profesores se ven bombardeados por los comerciales de las editoriales vendiéndoles su libro como el mejor.
Con tanto libro y estrés los profesores acaban eligiendo un libro por atractivos personales (por ejemplo: temas que son de agrado del profesor) y no por los contenidos adecuados que deberían contener los libros.
¿Pero cuáles son las características de un buen libro?
Deben evaluarse desde cuatro perspectivas como mínimo: como medio de comunicación, como elemento del proceso enseñanza-aprendizaje, como mediador de un área del currículo y como objeto material tangible.
El libro que elijamos tendrá que tener un nivel de lectura adecuado para los estudiantes, deberá ser un material motivador (gráficos, ilustraciones, ...) pero que no les distraiga, debe tener un balance adecuado entre palabras y figuras, el color debe cumplir propósitos pedagógicos, las páginas deben contener suficiente material de información y trabajo, ha de encarnar una pedagogía apropiada (centrando a los alumnos en los contenidos por aprender). Además, las diferentes preguntas y actividades han de fomentar los procesos de análisis, juicio crítico, creatividad, etc., presentar oportunidades para que el estudiante autoevalúe lo aprendido, que la información sea veraz, objetiva, actualizada y adecuada al grado y tiempo del que se dispone para la enseñanza de dichos contenidos, que las hojas sean resistentes, etc.
Como veis, son muchísimas las características que se deben tener en cuenta a la hora de encontrar el libro adecuado. Creo que lo más importante es dedicarle tiempo a examinar los libros y encontrar un libro que se adecue a los contenidos curriculares, que motive al alumnado, que tenga contenido objetivos, veraces y actualizados, que tenga un precio asequible y que sea resistente. Lo normal es que si un año una editorial ha publicado un libro adecuado, siga publicando libros similares. Así, podríamos confiar durante unos años en una editorial en la que confiemos y así ahorrarnos tiempo de examen de libros y la locura que produce a los padres el estar cambiando de libros continuamente (ya que así, no podrían prestar libros, tendrían que comprarlos. Y no son baratos los libros, que digamos.).
Con tanto libro y estrés los profesores acaban eligiendo un libro por atractivos personales (por ejemplo: temas que son de agrado del profesor) y no por los contenidos adecuados que deberían contener los libros.
¿Pero cuáles son las características de un buen libro?
Deben evaluarse desde cuatro perspectivas como mínimo: como medio de comunicación, como elemento del proceso enseñanza-aprendizaje, como mediador de un área del currículo y como objeto material tangible.
El libro que elijamos tendrá que tener un nivel de lectura adecuado para los estudiantes, deberá ser un material motivador (gráficos, ilustraciones, ...) pero que no les distraiga, debe tener un balance adecuado entre palabras y figuras, el color debe cumplir propósitos pedagógicos, las páginas deben contener suficiente material de información y trabajo, ha de encarnar una pedagogía apropiada (centrando a los alumnos en los contenidos por aprender). Además, las diferentes preguntas y actividades han de fomentar los procesos de análisis, juicio crítico, creatividad, etc., presentar oportunidades para que el estudiante autoevalúe lo aprendido, que la información sea veraz, objetiva, actualizada y adecuada al grado y tiempo del que se dispone para la enseñanza de dichos contenidos, que las hojas sean resistentes, etc.
Como veis, son muchísimas las características que se deben tener en cuenta a la hora de encontrar el libro adecuado. Creo que lo más importante es dedicarle tiempo a examinar los libros y encontrar un libro que se adecue a los contenidos curriculares, que motive al alumnado, que tenga contenido objetivos, veraces y actualizados, que tenga un precio asequible y que sea resistente. Lo normal es que si un año una editorial ha publicado un libro adecuado, siga publicando libros similares. Así, podríamos confiar durante unos años en una editorial en la que confiemos y así ahorrarnos tiempo de examen de libros y la locura que produce a los padres el estar cambiando de libros continuamente (ya que así, no podrían prestar libros, tendrían que comprarlos. Y no son baratos los libros, que digamos.).
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